"Cada perro tiene una personalidad propia. Las estrategias que funcionan con un animal no tienen por qué ser efectivas con otro".
Cada perro tiene una personalidad propia, distinta a la del resto. Las estrategias que funcionan con un animal no tienen por qué ser efectivas con otro. Los consejos en este documento están dirigidos a proveer herramientas variadas, que guíen al estilista para proporcionar bienestar y realizar una sesión de peluquería segura. Pero no son reglas. Para ser verdaderamente amables no podemos tener reglas.
He trabajado con perros que se aterrorizan ante la sensación del corte de pelo con tijera, aunque lo más común es que la máquina de pelar sea la que desencadene comportamientos de miedo. Hago la peluquería a un perro que agrede cuando hay que desenredarle nudos en la zona de la ingle, y con otros a los que hay que controlar para peinar las patas. A algunos les molesta particularmente la limpieza de orejas, otros permiten que les limpie y les retire el pelo sobrante sin reaccionar. Como estilista, usted deberá elegir adecuadamente en que momentos brindar ayudas o trabajar en equipo con otras personas para controlar al perro. También deberá elegir el tipo de ayudas que necesitará cada individuo.
Para algunos perros, realizar paseos resulta un momento de relajación y disfrute. Para otros, el paseo es una experiencia terrorífica. Hay animales que tienen una gran motivación por la comida, a los que el aprendizaje con clicker los cambia radicalmente en pocas sesiones. Hay otros que se motivan con la comida excepto cuando realizan actividades relacionadas con el olfato (como el rastro o la detección de olores). Hay otros que no se motivan en absoluto por la comida. A otros puede ayudarlos a trabajar la mordida de manera deportiva con un figurante. Para otros la mejor ayuda puede ser llevarlos a nadar. Las actividades que se pueden realizar para mejorar el estado emocional de un perro dentro y fuera del contexto de peluquería son muy variadas, y dependen por entero de la personalidad del perro y de la creatividad del educador encargado de la rehabilitación o del estilista que gestiona al animal.
"La interacción con el perro, así como el contexto en el que realizamos peluquería, deben adaptarse a las necesidades del animal"
La interacción con el perro, así como el contexto en el que realizamos la peluquería, deben adaptarse a las necesidades del animal. Es por eso que el estilista debe ser capaz de interpretar adecuadamente la conducta canina. De esta manera puede saber si sus estrategias están siendo exitosas. De lo contrario puede detectar qué es lo que le afecta al perro y pensar en cómo cambiarlo. No importa si lo que usted hace es lo establecido, lo que ha hecho siempre, lo que aprendió que se debe hacer. Si no funciona, hay que buscar alternativas.
Si usted realiza peluquería en un salón de estética, organice su agenda de forma tal que pueda trabajar ( y tener presente en el salón) sólo un perro a la vez. De esta forma eliminará muchas fuentes de estrés que tienen un gran impacto negativo en el perro. El uso de jaulas y la interacción con otros perros en espacios restringidos provocan estrés y miedo, e incrementan las acciones agresivas del perro hacia otros perros o hacia el estilista. Es por esto que resulta imprescindible evitar por completo el uso de las jaulas o la presencia de más de un perro en el salón.
Si en algún momento puntual debiera tener presente a más de un perro, preste atención a la distribución de los espacios y las barreras. Las interacciones entre perros en espacios restringidos y/o a la correa deben evitarse a toda costa. La presencia de barreras físicas (como una lámina de madera) colocadas para separar los espacios de trabajo de cada animal, pueden ayudar a disminuir el estrés es los perros, ya que debido a las barreras no se ven obligados a interactuar con el resto. Busque maneras de mantener aislados a los perros que esperan su turno, como corralitos o vayas que acoten el espacio sin encerrarles. Agregue enriquecimiento ambiental al espacio que utilizarán esto perros. Conozca al individuo. Sepa a cuál le será de ayuda un juguete y a cuál una golosina. Sepa cuál no aceptará ayudas debido al estrés y ofrezca la oportunidad al propietario de realizar peluquería fuera del contexto.
Utilice restricciones físicas adaptadas a las necesidades de cada perro. Hay animales que al sentir que están atados al brazo de la mesa de peluquería, permanecen quietos y saben que la correa es una barrera destinada a delimitar el espacio que pueden utilizar en ese contexto. Con ellos puede funcionar una restricción fija. Hay otros perros a los que les resulta aterrador estar atados, por lo que intentarán escapar constantemente una vez que sientan en amarre. Con este tipo de individuos, es recomendable trabajar en equipo, idealmente con una persona de referencia para el perro que sea quien le controle físicamente. De esta forma estilista, ayudante y perro pueden cambiar de posición cada vez que sea necesario para el perro, de manera que el animal se relaje y permita la manipulación.
Evite el uso de restricciones destinadas a inmovilizar físicamente al perro o evitar mordidas. El estilista debe proponerse que los perros aprendan a cooperar, de esta manera disminuyen los niveles de estrés en los animales y las restricciones pueden ser menos invasivas. La necesidad de usar bozal, collares corredizos u otros medios de restricción física intensos, no es más que una señal de que debemos cambiar elementos en nuestra forma de trabajo. Si usted es capaz de identificar comportamientos agresivos y de estrés, evite el trabajo con animales en crisis y ponga énfasis en priorizar el bienestar de los perros con los que trabaja, es muy poco probable que necesite el uso del bozal, así como es totalmente seguro que no necesitará por ningún motivo un collar de ahogo.
Invite al propietario a participar en una sesión de peluquería de su perro de ser necesario. Hay perros miedosos a los que la presencia del propietario les puede ayudar a relajarse y cooperar. También hay perros que en presencia del propietario tenderían a agredir y se volverían más reactivos. En estos casos quizá la solución esté en trabajar en equipo con una persona neutral que se encargue de controlar al perro (en vez del propietario) o de trabajar para convertirse en una persona de referencia del perro. Esto se logrará sólo si usted tiene la oportunidad de interactuar con el perro fuera del contexto de peluquería. Si usted conoce al perro, si crea una buena relación con él y le demuestra que usted no es una amenaza, luego puede pedirle que coopere con usted durante una sesión de trabajo.
"El estilista debe proponerse que los perros aprendan a cooperar, de esta manera disminuyen los niveles de estrés en los animales y las restricciones pueden ser menos invasivas. La necesidad de usar bozal, collares corredizos u otros medios de restricción física intensos, no es más que una señal de que debemos cambiar elementos en nuestra forma de trabajo."
Texto: Laura Azor Hernández
(Este establecimiento no tiene un horario fijo. Permanecerá abierto según agenda)