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La ecuación perfecta

Muchas veces me pregunto por qué un cambio tan radical en mi vida laboral. Soy peluquera canina desde el año 2011 pero antes me dedicaba a la creación artística y la gestión cultural.
Siempre me ha encantado trabajar con mis manos y, en el momento en que empecé a trabajar la peluquería de mascotas, encontré en ella muchas similitudes a la artesanía y la escultura solo que con un estimulante reto por delante: trabajar en movimiento.

Priorizando el plano emocional, que debe contemplar cualquier persona que trabaja con seres vivos, la peluquería de mascotas tiene en su raíz una finalidad estética y una función de higiene. Busca la belleza y la armonía en los distintos estándares de raza y en cada ejemplar. Esas formas y volúmenes que componen el perro o gato pueden estar perfectamente armonizadas. En eso radica el gusto del peluquero.

Hasta ahí todo bien, si realmente se tratase de una escultura, pero ¿qué pasa cuando ponemos esa escultura en movimiento? y ¿qué pasa cuando, además, esa escultura móvil tiene sentimientos?.
No nos engañemos, los animales se enfrentan con desagrado a la mayor parte de los procedimientos que se hacen en un servicio de peluquería. 
Ésta no se encuentra entre su repertorio de lugares y actividades naturales. 

Y, ante ese proceso impuesto se mueven y se expresan y, cuando terminas de componer una cara con las orejas hacia atrás, resulta que el peludo pone patas en suelo firme, echa las orejas para delante y ¡¡¡zasca!!! ¡la expresión del rostro cambia por completo!.
- Está el “perro malo” que es el que le planta cara al miedo y se defiende, muchas veces mordiendo. Estos casos han de tratarse primero fuera de la peluquería porque poner un bozal no sería una solución para mejorar el estado de ánimo en el proceso y el profesional tampoco debe librar una batalla con él sin protección. 
En cualquiera de los tres casos sería fantástico hacer unos trabajos previos fuera de la "pelu" que iniciaran la confianza entre peluquero y perro, pero en este último caso todavía más. No es un perro malo, es un perro con miedo y difícilmente podremos llegar a alcanzar un buen resultado estético con este perro si no se trabaja entes la confianza con él.

- Y aunque hay muchos más patrones y circunstancias que determinan la conducta del perro en la peluquería, debemos nombrar al “cinturón negro" de los perros; el que gestiona bien la "pelu" porque ha caído en buenas manos y porque sabe decirle al peluquero:
 “Ya sabes que ahí me duele, lleva cuidado”
“Estoy más inquieto de lo normal porque me hago caca, por favor, bájame”
“Sabes que el ruido del expulsor me pone enfermo, pasa al secador”

Pero ese “cinturón negro de los perretes” que a lo mejor tampoco es fácil de trabajar desde el punto de vista estético porque se le está permitiendo expresarse, tiene al lado un buen receptor, un peluquero que ha estado pendiente de sus reacciones: 
- discriminando por rangos lo que más y lo que menos soporta para aplicar un servicio completo de higiene y estilismo molestando lo menos posible.
- intercalando procedimientos y graduando intensidades para respetar lo máximo posible a su cliente. 

"No nos engañemos, los animales se enfrentan con desagrado a la mayor parte de los procedimientos que se hacen en un servicio de higiene y estilismo". 

Cada animal es diferente pero existen patrones de conducta en función de cómo se sienten y que repercute en el plano estético, (me voy a centrar en la peluquería de perros que es la que más conozco):

- Está el “perro seto” que ante el miedo se congela. Lo llamo así porque puede permanecer durante horas en la misma posición debido al miedo. No intenta escapar ni defenderse ante ningún estímulo. Suelen ser perros a los que cualquier intento de expresividad les es frustrado o inhibido. Estos perros son magníficos para desplegar todo el abanico de posibilidades estéticas y crear “el ejemplar perfecto”, pero es la peor de las formas emocionales en las que se puede sentir un perro.

- El “perro Judini” que si pudiese desaparecería de encima de la mesa. Busca todas las artimañas posibles para decirte que no se sienten bien: esconde las patas, se queda pegado a la mesa como una ventosa, da vueltas sin parar, se quiere meter bajo el regazo o saltar de la mesa; (no importa la dificultad del salto). 
Estos perros están realizando la más natural de las expresiones que es huir de algo que consideran peligroso, ni más ni menos. Este estado puede tratarse reforzando la confianza con el peludo.                 


El perro es veterano en peluquería y además la comunicación ya fluye bien entre el peluquero y él, de tal manera que se deja trabajar bajo ciertas condiciones que el peluquero puede aprovechar.

Además, el profesional ya habrá establecido un standard estético para ese ejemplar con todas las otras circunstancias por delante y así puede organizarse mejor y pronosticar el tiempo que necesita.

Este es el patrón de comportamiento deseable para la peluquería y no el del perro seto. Esta forma de estar en la pelu es mucho más exitosa a largo plazo; el perro se siente un poco más dueño de si mismo y puede predecir las cosas que se le van a hacer; la comunicación fluye y el resultado estético a la larga es mejor; esta más equilibrado con el plano emocional.

Este trabajo exige al peluquero trabajar con las manos, la mente y el corazón alineados; en la misma onda. Los animales exigen eso para poder sentirse mejor en un contexto que para ellos resulta antinatural.

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Por Lourdes Carratala Garcia de Gamarra 4 de noviembre de 2024
Cuando su bienestar supone renunciar
Por Laura Azor 6 de diciembre de 2023
"Cada perro tiene una personalidad propia. Las estrategias que funcionan con un animal no tienen por qué ser efectivas con otro".
Por Lourdes Carratala Garcia de Gamarra 22 de agosto de 2023
Desde Don Perro Nervión estamos completamente comprometido con el bienestar de los animales, por eso iniciamos este proyecto de peluquería amable en Sevilla con un enfoque que es nuestra vocación: ofrecer el mejor cuidado posible, y es por eso que hemos adoptado esta filosofía que pone el bienestar y la comodidad de tu mascota en primer lugar. ¿Qué es la Peluquería Amable? La peluquería amable es mucho más que un simple servicio de peluquería o aseo para tu perro. Es un enfoque holístico que se centra en la comodidad, seguridad y tranquilidad del animal durante todo el proceso de arreglo. Entendemos que cada perro es único y tiene sus propias preferencias y necesidades, por lo que nos esforzamos por crear un ambiente relajado y positivo que reduzca al máximo el estrés y la ansiedad. Principios de la Peluquería Amable: 1. Conocimiento y empatía: Nuestros peluqueros están capacitados para entender el comportamiento canino y reconocer las señales de incomodidad. Esto nos permite adaptar el proceso de arreglo según las necesidades individuales de cada perro. 2. Entorno tranquilo: Creemos en un entorno sin prisas ni ruidos abrumadores. Nuestra peluquería está diseñada para minimizar el estrés, con iluminación suave y música relajante para crear una atmósfera agradable. 3. Productos y herramientas amigables: Utilizamos productos de alta calidad y específicos para la piel y el pelaje de cada perro. Nuestras herramientas están diseñadas para ser suaves y efectivas, minimizando cualquier molestia. 4. Enfoque gradual: Para perros que pueden estar nerviosos o inseguros, adoptamos un enfoque gradual. Comenzamos por acostumbrarlos al ambiente y las sensaciones antes de proceder con el arreglo propiamente dicho. 5. Recompensas y estímulos positivos: Premiamos a los peludos con golosinas saludables y elogios durante y después de la sesión de aseo. Esto refuerza una asociación positiva con la peluquería y fomenta la confianza. Beneficios de la Peluquería Amable: • Menos estrés: La reducción del estrés y la ansiedad no solo beneficia al perro, sino también al dueño. Saber que tu mascota está siendo tratada con suavidad y cuidado te brinda paz mental. • Piel y pelaje saludables: Los productos adecuados y la manipulación gentil contribuyen a un pelaje más saludable y una piel en óptimas condiciones. • Confianza mutua: La peluquería amable fortalece el vínculo entre tú y tu peludo amigo, ya que se construye sobre la base de la confianza y el respeto mutuo. En resumen, la peluquería amable es mucho más que una simple tarea de aseo, es una experiencia que se enfoca en el bienestar integral de tu mascota, desde su comodidad emocional hasta su salud física. Desde Don Perro, nuestra peluquería canina en Sevilla, nos enorgullece brindar este tipo de atención amorosa a cada peludo que entra por nuestras puertas. ¡Esperamos verte pronto y cuidar de tu fiel compañero con la peluquería amable que se merece! Contacta con nosotros y pruébalo.
Durante una sesión de trabajo, la paciencia le ayudará a lidiar con perros que intenten constante
Por Laura Azor 22 de julio de 2020
Durante una sesión de trabajo, la paciencia le ayudará a lidiar con perros que intenten constantemente evitar la manipulación o escapar. También le permitirá interactuar de manera inteligente con perros agresivos, sin enfrentamientos, ofreciendo pausas, ayudas para descargar estrés, alternativas. Ser paciente le permitirá ser empático, y encontrar soluciones amables para responder a los problemas de conducta.
Por Laura Azor 9 de julio de 2020
Cada perro es un mundo, con diferentes preferencias, necesidades y miedos. Para algunos, la interacción con sus iguales es especialmente difícil. Para otros lo es la interacción con personas extrañas. Hay perros que permiten la manipulación hasta que se enciende la máquina de pelar y comienzan a reaccionar por miedo al sonido o al contacto, hay otros que temen especialmente al secador o al baño. Hay algunos que temen a todo y no osan reaccionar a ningún estímulo. Muy pocos están relajados durante la peluquería (personalmente nunca he conocido un perro que esté completamente relajado en este contexto). Para ser gentil, es necesario tomar en cuenta las limitaciones y los miedos de cada animal y diseñar estrategias de manejo que le permitan permanecer lo suficientemente relajado como para cooperar. Existen tres grupos de perros con los que la interacción puede resultar especialmente difícil: los perros fóbicos, los cachorros y los perros ancianos. Con ellos debemos prestar especial atención a la forma en que trabajamos. Ofrecer contextos adecuados, pausas y ayudas resulta imprescindible para cada uno de estos grupos. Tanto los perros fóbicos como los cachorros pueden ser especialmente sensibles a los estímulos a los que serán expuestos y, por tanto, serán también especialmente reactivos. Los perros ancianos, aunque quizá no manifiesten problemas de conducta relativos a su edad, sí tendrán necesidades especiales que el estilista deberá tomar en cuenta si desea realizar un manejo gentil. Los perros fóbicos son aquellos que suelen reaccionar al ambiente con miedo. Tanto la frecuencia como la intensidad de comportamientos de estrés y miedo son mayores en este tipo de perros. Es por ello que tienen mayores requerimientos con respecto a otros. Necesitarán mucho apoyo y contextos lo menos estresantes posibles. En caso de animales para los que la peluquería no sea un requerimiento indispensable para la salud, lo mejor para el perro es sugerir al propietario no realizarla en absoluto. En caso de perros que necesitan la peluquería para permanecer físicamente saludables, es ideal que tengan siempre una persona de referencia presente durante la sesión, que se encargue de controlarlos mientras el estilista trabaja. Un perro fóbico necesitará ayudas también fuera de la peluquería. El aprendizaje con clicker, paseos en ambientes saludables o la interacción con personas o perros que le hagan sentir bien pueden contribuir a disminuir la reactividad a los procedimientos a los que se someterá durante la peluquería. Pedir ayuda a un educador competente, que trabaje de manera gentil, puede mejorar la capacidad de cooperación de un perro fóbico.
4. UTILICE TÉCNICAS GENTILES DE MANEJO DEL PERRO
Por Laura Azor 1 de julio de 2020
Los perros son muy sensibles al ambiente que los rodea y a la interacción con las personas. La forma en que usted se comporta, su tono de voz y su lenguaje corporal son elementos fundamentales que pueden contribuir a hacer sentir seguro al perro y, por tanto, a realizar una sesión de peluquería amable y exitosa. El principal objetivo de un estilista debe ser minimizar las fuentes de estrés, de manera que los problemas de conducta disminuyan y mejore la capacidad de cooperación. Para minimizar las fuentes de estrés, la empatía es el primer paso. Usted sabe que una tijera, una máquina de pelar o un espacio restringido no son problemas reales, son solo elementos que el perro ve como un peligro. Un perro no percibe el mundo de la misma manera que lo hace una persona. Para ser verdaderamente gentiles, debemos ponernos en su lugar y ver el mundo como él lo hace. No se pregunte por qué teme a ciertos sonidos, por qué la manipulación le resulta desagradable o por qué vive el corte de pelo como una experiencia aterradora. Entrénese en identificar las fuentes de estrés y reaccionar en consecuencia, mirando al mundo desde la perspectiva canina. Para minimizar las fuentes de estrés, la sesión de peluquería debe ser predecible para el perro. Muéstrele los utensilios de trabajo y permita que los explore antes de utilizarlos. Abra la ducha para el baño y encienda la secadora o la máquina de pelar lejos del animal, de forma tal que pueda percibir los sonidos y otros estímulos provocados por estos utensilios antes de interactuar con ellos directamente. Muestre sus manos abiertas palma arriba y ofrezca la posibilidad de explorarlas. Hable con tono de voz y gestos amables. Realice movimientos espontáneos y ofrezca contacto visual al perro. Esto garantiza que el perro pueda monitorear su estado emocional y sus intenciones, lo cual le ayuda a ganar en seguridad y le ofrece cierto control sobre lo que ocurre durante la interacción con usted. La manipulación física debe ser mínima, dirigida a pedirle al perro lo que usted quiere y no imponerle una restricción en cada momento del trabajo. Por ejemplo, si debe tomar una pata para acceder a la axila, no la aferre con la mano, en vez de eso ponga la pata sobre su palma, una restricción menos aversiva, y trabajare para que el perro esté dispuesto a cooperar y le permita la manipulación sin necesidad de obligarlo físicamente a mantenerse en una posición determinada. La manipulación no debe ser sorpresiva. Si se usa el mismo ejemplo de la pata, usted debe acercar la mano y tocar la parte posterior de la pata con la punta de los dedos antes de levantarla. Esta es una manera de hacerle saber al perro lo que va a ocurrir a continuación.
Por Lourdes Carratala Garcia de Gamarra 24 de junio de 2020
Es normal que un perro realice comportamientos agresivos durante la peluquería, de la misma manera que es normal observar comportamientos de miedo y estrés. La agresividad no es algo negativo, y no es recomendable proponerse erradicar por completo todas las conductas agresivas en el perro. Por un lado, muchas de estas conductas no son un problema para el estilista, por otro, los comportamientos agresivos de menor intensidad son una valiosa fuente de información que nos permitirá crear estrategias seguras de manejo para cada individuo. Tocar la mano con el hocico, lanzar una mirada o morder la correa son ejemplos de conductas agresivas que no representan un peligro para el estilista. El perro solo está comunicando que no se siente bien en ese contexto. Otras conductas como buscar contacto visual directo, mantener la mirada fija y colocarse en postura frontal con respecto al estilista son comportamientos agresivos que pueden indicarnos que a continuación ocurrirá una agresión más intensa. Otras conductas agresivas no tan frecuentes, pero de mucha importancia, son aquellas relacionadas con la mordida. Durante la peluquería un perro puede morder de manera inhibida en algunos casos (sin penetrar la piel) o de manera no inhibida, intentando realmente hacernos daño. La ocurrencia de estos comportamientos es un indicador de altos niveles de estrés. Un perro que intenta hacernos daño es un perro desesperado, que se siente en peligro, al que no hemos escuchado cuando ha intentado comunicar que esa situación le resulta demasiado difícil. Es un animal que no puede huir y al que hemos dejado sin otras herramientas para defenderse. Esto nos indica que debemos cambiar elementos del manejo para evitar que el perro regrese a un momento de crisis en sesiones futuras. El etograma de comportamientos agonísticos describe alrededor de setenta conductas de agresividad en el perro. Saber identificarlas será la clave para prevenir situaciones de peligro. Conocer el etograma también nos permitirá hacer un manejo menos invasivo, ya que podremos predecir situaciones de agresividad intensa y evitarlas, lo que hace innecesario el uso de las correcciones o de restricciones físicas severas para impedir que el perro llegue a morder. Laura Azor Hernández Fotos: Jorge Luis Azor Hernández
Por Laura Azor 16 de junio de 2020
Las principales causas de los problemas de comportamiento caninos a los que nos enfrentamos cuando realizamos peluquería son el estrés y el miedo. Miedo al ambiente, a los olores que los humanos no podemos percibir, a los sonidos y la percepción del estado emocional de otros perros que puedan estar presentes en el lugar de trabajo, al peligro de ser agredidos por esos otros animales y por las personas que realizarán la peluquería. Muchos de estos miedos pueden representar un peligro real para el perro. Podemos ver un ejemplo en las formas de manejo coercitivas que son aún utilizadas con frecuencia: el uso de collares corredizos (ya sean cordones corredizos u otro tipo de material que presione el cuello del perro y provoque asfixia) el uso de correcciones físicas (toques al perro, manipulaciones bruscas que lo fuercen a mantenerse inmóvil, golpes en el hocico o en la cabeza…) y el uso de correcciones verbales (gritar “¡no!”, o hacer otros sonidos que anteceden a un castigo y están destinados a provocar que el perro se congele) todos esos elementos son vividos por el perro como una agresión por parte del estilista y son, por tanto una poderosa causa del miedo que el perro puede sentir durante el proceso de peluquería.
Por Laura Azor 8 de junio de 2020
La gestión del perro durante la peluquería tiene un gran impacto en su calidad de vida. La manera en la que interactuamos con el perro, en la que le presentamos estímulos nuevos o aversivos, o la forma en que manejamos una situación de crisis pueden provocar cambios en su conducta dentro y fuera de nuestra sesión de trabajo. Es por eso que resulta fundamental llevar a cabo un manejo adecuado de los animales que atendemos. Este documento ofrece consejos que le permitirán realizar una gestión segura del perro de manera gentil, priorizando su bienestar y permitiendo la disminución de comportamientos agresivos y otros problemas de conducta. Este documento está dirigido a personas con experiencia en peluquería canina que estén interesadas en aplicar métodos de trabajo amables. En esta forma de trabajo no se emplean collares corredizos ni otros collares de castigo. Tampoco se utilizan correcciones físicas o verbales ni es necesario someter al perro para lograr comportamientos deseados. Por el contrario, el objetivo es crear una relación basada en la empatía y el respeto, que nos permita interactuar con una animal relajado, lúcido y dispuesto a cooperar durante la sesión de peluquería. A continuación se enumeran los consejos:
confinamiento perruno, consejos de mantenimiento e higienes en casa
Por Lourdes Carratala Garcia de Gamarra 27 de abril de 2020
Ya han pasado muchos días y a tu perro le hace falta una sesión de peluquería, ¿estas desesperado por que huele mucho la casa a perro?, ¿no sabes cómo mantenerlo?. Aquí una breve reflexión sobre lo que se puede y no hacer en casa para mantener a tu peludo
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